sábado, 23 de marzo de 2013

El refrán de la semana (6)

Antes que nada, siento el retraso. Doña Varicela ha decidido hacernos una visita y, ejem, pues ya imagináis... en fin, hete aquí el refrán que creo me viene como anillo al dedo estos días:

Palabras vanas, ruido de campanas

Significado: hacer caso omiso a lo que no interesa o no tiene ningún sentido, en este caso las palabras de servidora...

Cuándo usarlo: pues cuando interesa, claro. Los Chuchis son unos expertos en hacerlo, y les sale requetebién.

Mis hijos no suelen hacerme caso. Generalmente me miran con los ojos como platos cuando me enfado para, acto seguido, pasar tres pueblos de mí y seguir a su rollo. El final siempre es el mismo cuando me quedo en casa. Madre desquiciada, ñajos revoltosos, casa patas arriba y bronca sí y otra también. Y es que ha llegado un punto en el que mi vocabulario, otrora vasto y humanista, ha quedado reducido a su miníma expresión, esto es, a una retahíla de sandeces sin sentido que me dedico a repetir una y otra vez como si de un mantra se tratase y esperando algún resultado del estilo supercalifragilisticoespialidoso. ¿A dónde narices voy? ¿Qué pretendo hacer? ¿Qué quiero conseguir? En mi interés por conocer el profundo caso omiso que suelen hacerme mis chuchis, me ha dado por recopilar las frases que más utilizo y que veo que son, hasta ellos lo saben, de lo más sinsentido que hay. Absurdeces y preguntas sin respuesta del tipo:

"Te voy a...te voy a...": Muy usada, y totalmente ineficaz: ¿Te voy a qué? ¿A colgarte de los sobacos a ver si creces? ¿A reventarte la hucha del cerdito y pirarme con la pasta? ¿A enseñarte a hacer ecuaciones trigronométricas? ¿A qué, por Dios, a qué?
"Como no me hagas caso te vas a enterar...": La amenaza fantasma: ¿Enterarse de? ¿Del cambio euro-dólar, de quién filtró los papeles de Bárcenas, de cuántas galaxias hay con agujeros negro dentro?...
"Sal de ahí ahora mismo o si no...": Especialmente ridícula: O si no...¿te saco?
"Anda, aaaanda y aaaanda": Made in La Mamma. Esta no significa nada y la uso a discreción, simplemente por decir algo. Otra absurdidad.
"¡Ya vale! ¡Que vale ya!": tanto monta, monta tanto, mismo efecto que multiplicar por cero.
"Eso no, que nooo...¡he dicho que no!". La traca final, y como siempre, resultado nulo.

En fin, que tras analizar tanta gilipollez junta, no me extraña que mis hijos me tomen por el pito del sereno, no me hagan ni caso y encima se me rían en la cara. Yo también me reiría de una pánfila adicta a las memeces. Así que voy a cambiar de tercio, y puesta a decir chorradas, pues me paso al lado literario y a partir de ahora, greguerías a lo Gómez de la Serna. A ver qué cara se les queda cuando les diga:

La Zeta es un siete que oye misa.
Las bellotas nacen con huevera.
La B es el alma de cría del alfabeto.

¡Y chuparos esa, chuchis! A ver con qué cara me miráis ahora...

lunes, 11 de marzo de 2013

En el nombre del padre

En este tragicómico mundo que es la maternidad, una figura emerge con fuerza entre las demás en mi universo mamífero. Jugando un papel determinante en la faceta más aventurera de los Chuchis, podríamos decir que pese a que Queridísimo es todo amor y ternura con los peques, en una escala del 1 al 10 de responsabilidad en accidentes y trastadas varias, él tiene un 12.
Ésta nuestra figura paterna, el cabeza de familia, el padre de mis hijos y amor de mis amores, tiene una especial cualidad para para producir despropósitos infantiles que dan al traste con todos mis cuidados de madre a tiempo completo y hacen que me suba la presión, la bilirrubina, y se me desboque la alopecia. Y digo yo haciéndome una y otra vez preguntas retóricas: ¿Son así la mayoría de las figuras paternas o es que he topado con un especimen de lo más peculiar?
Y es que este hombre no tiene parangón. ¿Qué se van a jugar con arenita al parque? Cuando llegan, si los rebozo hago croquetas (eso si no se despista y tare a un churumbel que no es el suyo)... ¿Qué se lleva a los peques a merendar? Atracón de churros y churros con chocolate con la consiguiente cagalera... ¿Qué les gusta el patinete? Cuesta abajo y sin frenos, que es lo que mola... ¿Que se van a pisar charcos? "Pisar" se convierte en "bucear", con chuchis empapados y febriles al día siguiente...y así sucesivamente, en un continuo de aventuras y desventuras con final más o menos previsible, servidora al borde del colapso y dudando entre si ponerles a las criaturas el gorrito o el chaleco antibalas...

¿La última diversión? El caballo loco, o crazy horse. Engendro entre el gangnam style y el toro mecánico, la historia consiste en ponerse a cuatro patas mientras uno de los chuchis se le sube a horcajadas; como puede, se le agarra al pescuezo y hala, a saltar y girar como un poseso mientras el que está encima ríe sin parar. Los giros y las sacudidas se vuelven cada vez más bruscas hasta que el chuchi sale despedido y cae de bruces en la alfombra, rozando el pico de la mesa, la pata de la silla o lo que sea que tenga por delante. Y les debe hacer gracia a los jodíos, porque la carcajada es inversamente proporcional a la distancia a la que son expulsados y también a las taquicardias de servidora. Cuanto más lejos mejor. Cuanto más fuerte, más chillan. Y cuanto más chillan, más me acojono, visionando varias salidas irremediables a la situación:

a) lo mato

b) me mato

c) renuncio y me largo a tomarme un Bloody Mary con mi amiga no sin antes haber forrado todas las esquinas con esparadrapo y dejarle a mano el teléfono de urgencias

d) me apunto al rollo: yo también me tiro encima, pero peso muerto y a lo Falete en Splash, a ver si a mí me lanza tan lejos

e) abro el ordenador y empiezo a escribir un post...

Ay Señor, miedito me da cuando tenga que enseñarles a montar en bicicleta...

lunes, 4 de marzo de 2013

El refrán de la semana (5)

Visto el tiempo de la semana pasada, con sus abundantes ventiscas, aguaceros y tormentas varias, me viene a la mente un archiconocido refrán para el post de hoy:

Al mal tiempo buena cara.

Significado: Y una mierda.

Cuándo usarlo: Nunca. Nunca mientras tus hijos tengas menos de 4 años y no distingan entre pisar charcos con las botas de agua o con las botas de piel de becerro que les ha regalado la abuela gastándose media pensión.

Que sí, que al papanatas que me diga la próxima vez eso de al mal tiempo buena cara le cojo por el cogote y le digo: "Mira. Te voy a hacer un encargo muy sencillo: tienes que ir a buscar a los Chuchis, primero al pequeño a la guarde y luego al mayor al cole. Caminando. Te llevas el carro para el pequeño; cuando salgas de la guarde lo abrigas bien, porque hace frío y el pobre pilla una bronquitis sólo con ver las nubecitas del programa del tiempo; le pones abrigo, guantes, bufanda etc, y lo metes en el carro. Con el plástico claro, que está diluviando. Y palante. Y no te preocupes si lo oyes llorar o gritar porque no quiere el plástico, tú aguanta. Y si empieza a salir vapor del plástico, tranquilo, probablemente se está cociendo vivo, tú sigue. No te olvides de tu paraguas-sombrilla mientras empujas el carro, que tú tampoco te puedes mojar. Date prisa en llegar al cole antes de que Chuchi II se haya evaporado dentro del plástico: recomiendo que hagas unos agujeros para oxigenar a la criatura. Y cuando llegues al cole, a ostiazo limpio con la gente que la entrada es muy pequeña y todos tienen prisa. Recoge a Chuchi I, ponle las botas de agua mientras Chuchi II habrá conseguido resbalar hasta el suelo y se estará deshaciendo; sal con el carro, Chuchi II a remolque, las meriendas, Chuchi I con las botas y su paraguas-espada, tú con tu paraguas-sombrilla y el patinete del crío con el que Queridísimo le ha traído esta mañana y que se ha olvidado llevar, y sal por donde has entrado. ¡Ah! Y reza por que al mayor no se le ocurra decir que llueve mucho y que por favor le bajes el patín de atrás del carrito porque le molesta el paraguas y se está mojando y quiere que lo lleves... porque entonces ya entramos en la fase bebécarroniñopatínparaguaspatinete y ríete tú del Circo de Sol. Luego te vuelves a casa, como puedas, medio a rastras, más parecida a una sardina que a una madre y bien digna, con la cabeza bien alta y sonriendo, que lo de menos es cómo llegues, lo de menos es cuántos kilos pierdas por el camino, lo importante es, ya se sabe, hombre: al mal tiempo buena cara".