martes, 16 de abril de 2013

El refrán de la semana (VII)

Buenaaas,

Tras los últimos episodios víricos, volvemos a la normalidad (¿?) en el universo mamicooliano... Esta semana propongo recordar un refrán marítimo requetecierto, a saber:

En calma de mar no creas, por sereno que lo veas.

Significado: Que sí que sí, que por muy calmadita que parezca la situación prepárate, porque en cualquier momento se destapa la caja de los truenos y habemus lío...

Cuando usarlo: Aplícalo siempre que los churumbeles estén sospechosamente callados, cuando no les oigas gritar o lleven un buen rato jugando en su cuarto sin reschistar... aplicable también a la gente que nunca, nunca nunca tiene ningún problema...vamos que siempre va todo bien, siempre sonríen y nunca se quejan de nada porque tienen una vida maravillosa y estupenda, aparte de su dependencia del prozac, los atracones nocturnos, los cortes en las venas posteriores y los episodios maníaco-depresivos...si ya digo yo...que no pasa nada mujer, que todas tenemos un lado  muy Virgina Woolf...

Ejemplo: No te fíes, no te fíes, no te fíes... Si hace rato que has perdido contacto visual con los chuchis, y no oyes algarabía, griteríos o porrazos varios, sospecha...lo más probable es que estén en su cuarto, cortando las sábanas con unas tijeras, pintando la pared con eyeliner, destripando los pañales a ver de qué están hechos, despegando los vinilos de piratas -y con ellos la pintura- o todo a la vez... tampoco te fíes de su mirada clara e inocente cuando les preguntas desquiciada qué están haciendo y te responden con un pueril nada... para estos aprendices de Chucky no hay mueble, pared, sofá o vitrina que se les resistan.. y como las academias militares han empezado el curso y han prohibido el miolastán en todos sus tamaños y cantidades, pues no te queda más remedio que apechugar con las paredes pintarrejeadas, los pañales destripaos o los muebles mordidos; o cagarte en tus muertos y arrancarte -otra vez- los pelos; o encontrar un centro de reclutamiento para madres e internarte un par de meses para luego salir a lo teniente O´Neill y lidiar con los chuchis en plan ellos o yo... la última y más desesperada opción es llamar al seguro y denunciar robo con violencia en el domicilio; lo más probable es que cuando vean el estado de tu zona cero infantil te crean a pies juntillas y decidan indemnizarte con un un pastonazo que puedes utilizar para comprarte esos tacones dominatrix total que siempre has querido tener pero que nunca te vas a poner... ¿o sí?

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